Las lágrimas que se callan
Los suspiros que se guardan
En el inconciente de la conciencia
Se amontonan en las arenas
Oh, cómo ellas claman tu nombre
Conociendo las ansías de este hombre
Desgarran las letras de Anacreonte
Arraigándolas de la rosa de los vientos
Una por una son arrancadas
Una por una son condenadas
Por las personas que alguna vez
Recitaban poemas en sus moradas
Al escribir poemas entre las pobres almas
Ellas gritaban con quietud ¡calma! ¡calma!
Mientras las veía y escuchaba
un tartamudeo invadió sus palabras
estremeciéndose entre sus platicas
ellas apaciguaron su flama
En la lengua de aquel orador
Comenzó a llenarse de esplendor
Porque los ríos se olvidaron
De ahogarlo con su dolor
Como estas suelen arder
en visiones vagas ,se las ve caer
en las plagas que atiborran el vacío
desparramando serpentinas en el polvo
debajo del ala del olvido