sábado, 26 de febrero de 2011

El viaje

Llegue a pensar que me sentiría libre por un momento, no me arrepiento de haber terminado con el silencio, aunque mis cadenas suenan, ellas suena mas fuerte, ellas se ha vuelto de metal, están mas pesadas, las otras eran de cuero, ahora siento como que muero, sin poder morir, gimo sin poder quejarme, anhelo sin poder soñar, no veo mas allá de mi pensamiento, no hay nada fuera de el, y dentro hay una inundación formada por un diluvio que surgió de un augurio. La noción del tiempo se ha tornado una luna sin estrellas, una luna opaca llena de agujeros y tan solitaria como la luna que late a cada instante en mi. Late sin estrellas, late sin habitantes, late en la soledad, esa que marchita hasta las agujas de los relojes, el agua de los mares se vuelven inhabitables. Esas historias que alguna vez se crearon para visualizar un futuro, ninguna de ellas tuvo uno, todas desaparecieron a través del cantar de los cuervos entre las lapidas del gran cementerio que llevo conmigo. En donde las almas muertas no duelen, en donde las vivas miran detenidamente, mientras sus bocas están quietas sin pronunciar palabra, su fiesta es un Apocalipsis, su mirada mata a los muertos de nuevo. Todas esas personas son extrañas para mi, nunca las he visto y no se si las volveré a ver, tal vez en la penumbra, a través de la niebla, ellas volaran cerca sin tocarme, volaran lejos sin buscarme, ellas están ahí para esperarme. Ahora no es el momento de ir con ellas, mi cuerpo no me ha dado la señal de que se termina este conteo, tengo que seguir mi camino, sea de mármol o ladrillo, con los pies descalzos he nacido, con ellos caminare hasta… hasta que… hasta que alguna vez me de por vencido. No soy alguien que espera ser recordado ni admirado, solo soy alguien que espera ser amado, no alabado. Algún dií volveré de ese viaje lejano, que en mi mente he creado, que mi cuerpo esta buscando, algún día volveré de ese viaje lejano, cargando conmigo un libro lleno de anécdotas, de odas, tiranos, y algunas patrañas, todo eso hasta que encuentre el mapa del tesoro, ese tesoro que no existía, ese tesoro que esta enterrado entre las virtudes y la belleza de una sirena, tanto en su forma de ser como de lucir, ahora se a donde tengo que ir, tengo un destino, sin una ruta, no tengo un mapa, lo que si tengo es una brújula, le haré caso a la aguja, te seguiré buscando, hasta que mi voz deje de pronunciar palabra alguna, hasta que mis ojos dejen de iluminar, el cuerpo que lleva consigo atrás, hasta que mis sentidos se desvanezcan entre la brisa y la lluvia, mi viaje comenzó en el vientre de mi madre, y terminará cuando haya encontrado el tesoro o cuando mi alma no este mas en mi.

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