domingo, 7 de octubre de 2012

Un mal mortal

Me alejé del cielo donde habitan "dios" y las valquirias. En aquel lugar celestial, yo estorbaba, ya que soy muy humano, muy mortal para poder tener semejante privilegio sin antes que me quiten el pedazo de vida que corre ante mis ojos. Si, no niego las comodidades que pude obtener en este coma de 24 años y un día para ser casi exacto. Pero hay cosas que uno no puede tolerar por muy maravilloso que sea "estar en las nubes". Y para que complemente está hermosa situación, vienen apuntádome entre un silencio frívolo, y frases desmenuzadas que disparan bolas de cañoñ hacia mis palabras; como que si fueran a un hundir un barco, e invadirlo para llevarse las pocas riquezas que este ha acumulado durante su trayecto. Estas no solamente penetrar mi oidos; mientras se acumulan como las almas encadenadas en la ceniza y en el mar hasta el día de hoy. También irrumpe mis pensamientos, destrozándolo como cuál depredador a su presa. No hay piedad ni misericordia, no hay ni cielo ni infierno que sostenga esto. Solo esta tierra que se está desvaneciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario