lunes, 5 de septiembre de 2011

El aire

La brisa ha vuelto a renacer en este desierto. La arena luce de una tonalidad más vívida. Como si quisiera surgir una jungla en medio de todo ese vacío. La bruma de polvo dejara de estremecerse por un largo periodo. Las horas de sol se tornarán en hojas con pigmentación risueña . El calor yacerá descalzo fuera del nirvana, sin que pueda turbar a ninguno de los sentidos. En las manos de los profetas surgirá una nueva esperanza. Los profetas danzan en las alturas, cantando las bienaventuranzas de un andante. Este sobrevivió a una batalla campal entre su cuerpo y su espíritu. Como si los espartanos y romanos lucharan hasta el olvido. En un combate muy aguerrido. Mucha piel perdió su vestigio. Infinidad de sangre derramada en un suelo que desgarra las almas de los vencidos. Cascos, escudos y espadas regresarán a casa. Mas algunos hombres lo realizarán cubiertos con manta blanca. El veredicto del enfrentamiento se ha dictado. El bien ha triunfado según la percepción de algunos eruditos. El juicio llego a su consumación. El camino continuará su cimentación. El caminante erigirá a tranco sosegado su ruta hacia el anhelado oasis de los encantos.

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